¿Cuáles son los problemas del azúcar aparte de la diabetes y la obesidad y por qué debería dejarlo?
El problema del azúcar es, entre otros, su índice glucémico.
El índice glucémico (GI) es un concepto introducido en 1981 como una medida de la respuesta real postprandial a la ingesta de carbohidratos cuando se compara con un alimento de referencia (glucosa o pan blanco), y es considerado como un indicador de la calidad de los carbohidratos en la dieta.
En los últimos años, las recomendaciones sobre ingesta calórica han cambiado muy drásticamente. Esto es debido a la comprensión que la calidad de la dieta está en relación directa con el pronóstico sanitario de la población y el individuo en general; y se basa en la reducción de la ingesta de grasas saturadas.
Pero ello depende en gran medida de los alimentos que se sustituyen. La sustitución de la grasa saturada por hidratos de carbono no es eficaz, a menos que la calidad de los carbohidratos sea adecuada (definida esa calidad por marcadores como el índice glucémico).
El índice glucémico compara la naturaleza glucémica de los carbohidratos en diferentes alimentos con la de un alimento de referencia (50 g de glucosa).
En este contexto el azúcar es un carbohidrato de alto índice glucémico, lo que lo hace “poco saludable”. Y, aunque la glicemia postprandial está estrechamente controlada en individuos sanos, la digestión y absorción de alimentos o comidas de alto índice glucémico desafía los mecanismos homeostáticos, particularmente la función de las células b.
¿Qué importancia tiene esto?
Recientes estudios observacionales prospectivos y ensayos clínicos sugieren que las dietas con alto índice glucémico o alta carga glucémica comprometen el control de peso y causan estrés oxidativo y respuestas inflamatorias en individuos susceptibles.
En cambio, los carbohidratos con bajo índice glucémico parecen reducir el riesgo. De tal manera que, las estrategias dietéticas para reducir los niveles postprandiales de glucemia e insulinemia pueden ofrecer beneficios sustanciales sin riesgo de los efectos adversos asociados con la terapia farmacológica.